miércoles, 11 de noviembre de 2015

11. Leonardo Padura: Premio Princesa de Asturias 2015

El pasado 22 de octubre, a las 12:00 h, tuvo lugar en el Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras (Oviedo) un encuentro con el recientemente galardonado Leonardo Padura.
A través de las palabras del profesor José Luis García Martín, coordinador del encuentro, recordamos que «desde el año 2000, con Augusto Monterroso, ningún otro escritor latinoamericano había sido galardonado con el Premio Princesa de Asturias». Padura (La Habana, 1955) es un escritor, investigador literario, periodista y ensayista cubano. Dedicó su tesis al Inca Garcilaso y es colaborador en las revistas El caimán barbudo y Juventud rebelde.
García Martín da paso a la profesora de Literatura Hispanoamericana Virginia Gil  Amate, quien formula la primera pregunta: ¿Es usted un escritor realista? Tras un ‘buenos días’ y una muestra de agradecimiento a los asistentes del acto, al premio y a la Universidad, Padura comienza diciendo que hubiera querido ser escritor de ciencia ficción. «Hubiera sido mi mayor deseo, pero soy un conservador de la realidad», afirma el escritor. Se formó a la vez como escritor y como periodista, y ambas disciplinas las ha practicado siempre de manera coetánea.
Fuente: www.uniovi.es
A pesar de ser un estudioso de la obra de Alejo Carpentier y lo Real Maravilloso, y de los dos representantes modélicos del Realismo Mágico, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, Padura señala que «yo pertenezco a una generación que se ha decantado más hacia una mirada realista de la realidad, pero no de un realismo decimonónico, sino un realismo postmoderno».
A continuación, el profesor Emilio Flechilla, especialista en Teoría Literaria y buen conocedor de la novela negra contemporánea, plantea las siguientes cuestiones: ¿Qué pretende con su literatura? ¿Cómo llega a la novela negra? El escritor reconoce que llega a la novela como lector. Gracias a las publicaciones de una colección cubana que reunía los clásicos, y a otros escritores como Hammett, Padura se va aficionando a la novela policiaca. Pero su verdadero contacto con la novela negra no llegará hasta la I Semana Negra de Gijón, donde conoce a los grandes escritores del género, como Vázquez Montalbán, entre otros. De esa experiencia, surgirá su novela Pasado perfecto (1991).
La tercera en intervenir, la Doctora Aida Falcón Montes, pregunta por un personaje de la serie de novelas de Mario Conde: Josefina. ¿En algún momento alcanzará más protagonismo? Padura asegura que Josefina juega un papel muy importante, ya que Cuba se define culturalmente como una ‘sociedad matriarcal’. El escritor concluye que, sin su familia y sin Josefina, Mario Conde sería un personaje incompleto.
Por último, la estudiante del Grado en Lengua Española y sus Literaturas, Claudia Elena Menéndez, formula dos últimas preguntas: en la primera, a propósito de una entrevista donde Padura declara que un escritor es «una circunstancia, una lengua y una cultura», la estudiante pregunta: ¿cómo recorre en su obra esa reivindicación de la realidad ‘silenciada’? El escritor afirma que su literatura, al igual que su periodismo y su trabajo para el cine, es muy ‘generacional’. Esto es así porque su experiencia y la de su generación, a diferencia de otras, fue la de una gran homogeneidad.
A continuación, la estudiante procede a leer una traducción al asturiano que ella y otro compañero han hecho del cuento «Sonatina para Rafaela». Después, plantea la segunda pregunta: ¿cree que la traducción debe ser considerada un género literario más? La respuesta de Padura es rotunda: «un género literario, no; pero una necesidad cultural, sí». El premiado sostiene que el oficio de traductor merece un gran respeto, ya que «sin la traducción, no habría cultura».
Finalmente y, tras una intervención del público, los dos estudiantes que tradujeron el cuento de Padura le hacen entrega de una edición única con la traducción de este y de otro cuento al asturiano.
En conclusión, considero que el acto no ha ‘promocionado’ suficientemente el trabajo del escritor. Sí lo ha hecho, en cambio, el propio Padura, gracias a su carácter humilde, carismático y alegre, capaz de atraer la atención de sus oyentes con bromas, chistes y anécdotas.

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