El pasado 22 de octubre, a las 12:00 h, tuvo lugar en el
Salón de Actos de la Facultad de Filosofía y Letras (Oviedo) un encuentro con
el recientemente galardonado Leonardo Padura.
A través de las palabras del profesor José Luis García
Martín, coordinador del encuentro, recordamos que «desde el año 2000, con
Augusto Monterroso, ningún otro escritor latinoamericano había sido galardonado
con el Premio Princesa de Asturias». Padura (La Habana, 1955) es un escritor,
investigador literario, periodista y ensayista cubano. Dedicó su tesis al Inca
Garcilaso y es colaborador en las revistas El
caimán barbudo y Juventud rebelde.
García Martín da paso a la profesora de Literatura
Hispanoamericana Virginia Gil Amate,
quien formula la primera pregunta: ¿Es
usted un escritor realista? Tras un ‘buenos días’ y una muestra de
agradecimiento a los asistentes del acto, al premio y a la Universidad, Padura
comienza diciendo que hubiera querido ser escritor de ciencia ficción. «Hubiera
sido mi mayor deseo, pero soy un conservador de la realidad», afirma el
escritor. Se formó a la vez como escritor y como periodista, y ambas
disciplinas las ha practicado siempre de manera coetánea.
A pesar de ser un estudioso de la obra de Alejo Carpentier y
lo Real Maravilloso, y de los dos representantes modélicos del Realismo Mágico,
Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, Padura señala que «yo pertenezco a una
generación que se ha decantado más hacia una mirada realista de la realidad,
pero no de un realismo decimonónico, sino un realismo postmoderno».
A continuación, el profesor Emilio Flechilla, especialista
en Teoría Literaria y buen conocedor de la novela negra contemporánea, plantea
las siguientes cuestiones: ¿Qué pretende
con su literatura? ¿Cómo llega a la novela negra? El escritor reconoce que
llega a la novela como lector. Gracias a las publicaciones de una colección
cubana que reunía los clásicos, y a otros escritores como Hammett, Padura se va
aficionando a la novela policiaca. Pero su verdadero contacto con la novela
negra no llegará hasta la I Semana Negra
de Gijón, donde conoce a los grandes escritores del género, como Vázquez
Montalbán, entre otros. De esa experiencia, surgirá su novela Pasado perfecto (1991).
La tercera en intervenir, la Doctora Aida Falcón Montes, pregunta
por un personaje de la serie de novelas de Mario Conde: Josefina. ¿En algún momento alcanzará más
protagonismo? Padura asegura que Josefina juega un papel muy importante, ya
que Cuba se define culturalmente como una ‘sociedad matriarcal’. El escritor concluye
que, sin su familia y sin Josefina, Mario Conde sería un personaje incompleto.
Por último, la estudiante del Grado en Lengua Española y sus
Literaturas, Claudia Elena Menéndez, formula dos últimas preguntas: en la
primera, a propósito de una entrevista donde Padura declara que un escritor es «una
circunstancia, una lengua y una cultura», la estudiante pregunta: ¿cómo recorre en su obra esa reivindicación
de la realidad ‘silenciada’? El escritor afirma que su literatura, al igual
que su periodismo y su trabajo para el cine, es muy ‘generacional’. Esto es así
porque su experiencia y la de su generación, a diferencia de otras, fue la de
una gran homogeneidad.
A continuación, la estudiante procede a leer una traducción al
asturiano que ella y otro compañero han hecho del cuento «Sonatina para Rafaela».
Después, plantea la segunda pregunta: ¿cree
que la traducción debe ser considerada un género literario más? La
respuesta de Padura es rotunda: «un género literario, no; pero una necesidad
cultural, sí». El premiado sostiene que el oficio de traductor merece un gran
respeto, ya que «sin la traducción, no habría cultura».
Finalmente y, tras una intervención del público, los dos estudiantes
que tradujeron el cuento de Padura le hacen entrega de una edición única con la
traducción de este y de otro cuento al asturiano.
En conclusión, considero que el acto no ha ‘promocionado’
suficientemente el trabajo del escritor. Sí lo ha hecho, en cambio, el propio
Padura, gracias a su carácter humilde, carismático y alegre, capaz de atraer la
atención de sus oyentes con bromas, chistes y anécdotas.