jueves, 1 de octubre de 2015

5. Circe en la literatura

La legendaria aventura de Circe aparece por primera vez en la Odisea de Homero y es popularmente conocida. Además del relato original, a esta historia se le han dado multitud de usos. Por ello, trataré dos ejemplos en los que aparece el mito de Circe en dos ámbitos diferentes: el de la literatura y el de la publicidad.
A continuación, analizaré el poema de Silvia Ugidos, «Circe esgrime un argumento»:
Si regresas Ulises
encontrarás allí en Ítaca una mujer cobarde:
Penélope ojerosa
que afanosa y sin saberlo
le teje y desteje una mortaja
al amor. Ella pretende
aferrarse y aferraros a lo eterno.
Si regresas
hacia un destino más infame aún
que este que yo te ofrezco
avanzas si vuelves a su encuentro.
Más enemigo del amor y de la vida
que mis venenos
es vuestro matrimonio, vil encierro.

Quédate Ulises: sé un cerdo

Tras una primera lectura, nos damos cuenta de que el poema no cuenta el mito. Esto es así porque la autora da por supuesto que todo el mundo lo conoce. La voz de la pieza está puesto en boca de Circe
a modo de «monólogo dramático», dirigiéndose a Ulises.
A través del título podemos presuponer el contenido del poema: «Circe esgrime un argumento». Con esto, la autora se refiere a que se va a producir una discusión y el razonamiento de un argumento por parte de Circe, tratando de convencer a Ulises de que no regrese a Ítaca. 
Pero lo que en realidad hay detrás de este poema es un cambio de rol en el papel de mujer: en la tradición, la mujer siempre ha sido tratada por su forma de actuar, correcta o incorrectamente, sin ningún término medio. En el poema, en cambio, se invierten las tornas: la mujer paciente, Penélope, es la negativa; y la maga que envenena, Circe, es la positiva
Esta pieza es un alegato contra el matrimonio tradicional: Circe afirma que volver a la vida cotidiana es peor que una vida aventurera. A lo largo del poema, la maga da una serie de razones para que el héroe no vuelva a Ítaca con su amada esposa; por contraposición, afirma que quedarse junto a ella en aquella isla y dejarse llevar por la pasión sería mucho mejor para su felicidad.
En el último verso hallamos un elemento destacado, caricaturesco e irónico: «quédate Ulises: sé un cerdo».

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