El término publicidad se asocia, hoy en día, a lo que llamaríamos publicidad comercial. Esto es, según el artículo 2º de la Ley General de Publicidad, «toda forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica, pública o privada, en el ejercicio de una actividad comercial, industrial, artesanal o profesional,
con el fin de promover de forma directa o indirecta la contratación de
bienes muebles o inmuebles, servicios, derechos y obligaciones». Pero en realidad, tiene su origen en los medios de comunicación de masas.
Este tipo de publicidad está ligado primero al periodismo
escrito, pero en el siglo XX se le suma un nuevo medio, la radio. Posteriormente, a partir de los años 40 y 50, esta publicidad adopta un gran protagonismo en la televisión. Finalmente, a mediados del siglo XX, la publicidad encuentra un nuevo difusor en Internet.
Pero la publicidad es, en realidad, algo más extenso. Esta palabra viene del latín publicus, que significa algo así como «dar a conocer». En español es,
en cierto modo, un eufemismo, ya que sustituye a una palabra anterior: propaganda (>
propaganda fide > propagación de la fe). La publicidad está ligada a la
competencia; junto a estos aspectos, la publicidad tiene un
elemento de justificación y consolidación (por ejemplo, el artista está al servicio de
difundir unas ideas determinadas).
La publicidad de este tipo cobra gran importancia en la historia y la sociedad
española durante el régimen franquista. El cine atraía a las masas, pero el régimen de
Franco obligaba un Noticiario Documental (NO-DO) antes de cada película. Comprobamos así, por tanto, que el
arte es también un medio de promoción política.
Pero, en cierto modo, la publicidad es neutra. Esto quiere decir que puede utilizarse de manera positiva o negativa, a elección del emisor de dicha propaganda y dependiendo de sus fines e intereses con respecto a la misma.
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Fuente: catalogomedia.canaimaeducativo.gob.ve |
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